lunes, 4 de abril de 2016

Anda fijándote

Nadie te obliga a cagarte de risa
y lo mejor que podés es más que suficiente.
Funcionamos como podemos
y vos hacés eso y a veces más.
El cuerpo falla y la consciencia se va y viene,
pero vos nunca te vas a dejar.
Escribí más fuerte y hablás más alto.
Nunca te faltó la tinta ni te quedaste sin voz.
Y si un día pasa, te quedás sin tinta
o se te acaba la voz,
buscá el tintero, conseguí una pluma
y tomate un té con limón.
Pobre no es quien se encuentra con el suelo
sino quien perdió los ojos para ver sus recursos.
Y si somos, en parte, lo que hicieron de uno,
vos sos tinta, acero y corazón.
Aprendé de ellos que superan como quien acepta
y continúan como quien perdona.
Y esto es lo mejor que te puedo dar hoy.

martes, 22 de octubre de 2013

El ruido de fondo me adormece los sentidos. Desconcentra mis neuronas, redirecciona mis conclusiones, confunde lo que creo que asumí poniendo en duda todo lo que yo entiendo por certero. Poco me alegro cuando identifico que el ruido de fondo está en mi mente, está en mí. Desde mi nuca nubla mi coherencia, se enreda en mi cuello, me abraza y me aísla de mí. Se siente como una mezcla de incertidumbre y ansiedad. Todo el tiempo estoy tratando de ver por encima de tu hombro, pero no alcanzo, no llego y no sé qué hay más allá de vos para mí. También creo que si no estás, ese camino no tiene nada más para ofrecerme fuera de un atardecer cargado de asfalto. Pero ¿quién querría ver un atardecer en soledad? Enfrentarse al abrazo cálido de la despedida del sol.


Y si existieras así? Y si fueras quien admiro, quien espero, a quien predigo en cada movimiento. Quien sabe cómo, cuándo y porqué. Quien no tiene que preguntar porque siendo es mucho más, es mucho mejor. Y si en algún lado estuvieras preguntándote por mí. Y si no fueras culpa, si fueras carne. Si fueras espacio, locución y vida. Si fueras y estuvieras, yo vería y te aferraría a mí sin miedo al abismo de lo obscuro. Y si sos? Y si sos y estás y yo te veo y no me aferro por el miedo a lo obscuro del abismo? Buscar no es pecado y no hay quien pueda juzgarme. Quien me diga que vivo en herejía no ha sido lo valiente que soy yo.


  

miércoles, 5 de junio de 2013

menos ruido y más nueces-

La propia ignorancia funciona como las adicciones, el primer paso es aceptar que nos pasa para poder hacer algo al respecto. 

sábado, 11 de mayo de 2013

Cola de paja


Te escucho llorar detrás de la puerta, me pedís que te abra, me rogás que no te ignore, que siga teniendo en cuenta que vos estás ahí, como siempre estuviste, y como siempre vas a estar si yo no me ocupo de que sigas vivo. Cuando tomé partido lo hice por mí, aunque esta vez yo no sea la responsable de que nos separe lo concreto una vez más, no podría negar que muchas veces te quise del otro lado, esas madrugadas cuando despertabas mis sentidos antes que mi humanidad. Te acallé con mi lado más cruel, silencié tu presencia una vez más, y lo hice hasta que me dio miedo. Me dio miedo que nadie más te pudiera salvar, mientras yo creía que vos me llamabas sólo a mí. Me dio miedo que te olvidaras que yo te puedo salvar. Siempre. Aunque no me lo pidas, porque te quiero tanto que necesito creerme que me necesitás. Acaricio el picaporte y escucho tu ansiedad, me contestás aunque yo no te hable, sabés que mientras nos separe lo concreto, así nos va a unir también. Me sacás energía. Envuelvo la soga con mis dos manos, tiro firme, porque lo decidí, por los dos, y mientras los eslabones se van despegando te busco en la oscuridad. Me ves, y en ese microsegundo todo deja de ser expectativa. Entramos en el letargo más agridulce. Te miro y me doy a la miserable tarea de esperarte, pero vos una vez más me demostrás que siempre me voy a morir un poco en el acto de quererte. Te limpiás, te acomodás, me conformás rozandome las piernas y te vas por la misma puerta que siempre supiste que estuvo abierta. Y ahora de nuevo me mirás desde las alturas, enorme, impoluto ... y yo que no me animo a bajarte.

Qué garrón hoy llovió y me olvidé al gato afuera, ahora no lo puedo bajar del mueble puto al que se subió.


sábado, 4 de mayo de 2013

mi oso verde

Te pregunté porqué nos equivocamos tanto y me contestaste que somos la parte más pequeña de un reloj infinito, que somos seis segundos dentro del todo que no podemos comprender, y que entonces equivocarnos es tan insignificante que ni siquiera me lo podría  imaginar. Y fue con esa paciencia, la eterna, la que solo tenés conmigo, la que me gané el día que apareció el primer desvarío, con esa paciencia me hablaste de lo que nos supera, de lo que nos excede, de la realidad que nos pasa por encima, de cómo para ser es menester primero entender. Me hablaste de que siempre hacemos para mañana, y que como diría el Flaco, mañana es mejor. De porqué algunos tratamos y otros simplemente se acomodan, y compartiste conmigo las veredas que pasaban lavándonos la cara. Como hicimos, como hacemos. Y como siempre me agarraste la mano, y como siempre al otro día me hiciste un café con leche.




miércoles, 10 de abril de 2013

-


Que la poesía esté en todo

Que sea tan importante el aliento como la libertad
Y las ganas de nunca saber


Que lo simple sea lo único real

Y la felicidad, discurrir sobre el detalle.




lunes, 8 de abril de 2013

Dos distintos

Yo no sé si entiendo ni lo que quise entender cuando creía que sabía de qué se trataba lo que tanto quería conocer. Porque dentro de mi enredo conocí lo que quise, saboreé lo que era y plasmé lo que pude, pero sacando la materialidad de lado, no sé si en espíritu me llena lo que existe ¿Si quisiera? Sí, quisiera, pero creo que en parte todo está reflejado en esa frase que me dejé escrita a mí misma, en la que dije sin saberlo mucho más de lo que hablé. Mientras tanto ese sabor amargo de no saber me avisaba todo el tiempo que lo que yo deseaba no era más que eso, un deseo entre miles que desde su principio vaticinaban ese viaje eterno al olvido más profundo. Y el otro deseo, el eterno, el punzante, siempre esperó amorfo a su naturaleza, a transformarse en mucho más de lo que nunca hubiera podido ser.







lunes, 1 de abril de 2013

Convocatoria


Te revivo porque que me malinterpreten me parece más divertido que que no me interpreten para nada. Uno pensaría que dos años después uno sería dos años más sabio, cientos de días más paciente, miles de horas más reflexivo... No es necesario que aclare que no es el caso. Que soy distinta, que somos distintos, que el contexto cambió, que cambiaron los actores y renovaron la orquesta, pero eso no significa mucho más que eso. Que caminamos y que bailamos distinto, que nos escuchamos con otros oídos y nos acariciamos con otra piel. Pero nuestras retinas siempre van a guardar lo que fuimos ayer. Y nuestra nariz siempre va a reconocer el olor de casa.
Con esto no quiero decir más que que somos un poco de hoy y un poco de otro día, del día que fue o del día que será. Somos el híbrido más grande. Y somos la respuesta empírica de porqué no nos entendemos a veces. A mí me da curiosidad saber por qué a veces no lo entiendo, ni te entiendo a vos. Por qué te miro y te escucho, pero cuando proceso lo que decís, en mí decanta la incertidumbre, cegada por la propia necedad. Por la negación. Me da miedo la palabra negación, porque oculta. Porque me hace saber que hay algo que no me puedo decir ni a mí misma, y eso me asusta.
Pero si me dedico a explicar todo lo que me da miedo y porqué, entonces perdería el eje de explicarte porqué volví, quién soy y porqué te extrañé -cosa que me pasa muy seguido, eso de perder el hilo, no de extrañarte, y aunque así fuera creo que vos sabés mejor que nadie que jamás te lo diría-. Y subiéndonos a la moda eclesiástica que nos sorprende a todos últimamente, aprovecho para decir que estamos hoy aquí reunidos, hermanos y hermanas, hijos e hijas, padres y parientes lejanos, para celebrar ante Google esta renovación de votos, esta unión en sagrado compromiso entre mi vos y yo (y este fallido no lo voy a borrar). Prometo atenderte cada vez que mi concreción no alcance y me avasalle la materialidad de las cosas. Prometo serte fiel en Tumblr y en Facebook, en Google+ y en WordPress y hasta que la carencia de creatividad o una buena vida social y amorosa nos separen. Yo acepto y vos, pobre desgraciado, no te queda otra.


Frank tiene una gran capacidad de mirar hacia dentro suyo y hacia adentro mío.

sábado, 11 de junio de 2011



Me acordé de cuando 3 meses era eterno.
Me acordé de cuando saber menos era vivir más.
Me acordé de que no es mi culpa que me ayudes a escribir.
Me acordé de que me gustaba escribir.
Me acordé de que no es un funeral. Pero muchas veces no me puedo acordar de lo feliz que me hace porque vos no me dejás.
Me acordé de cuando el tiempo ya no era tiempo y todo se empezó a mezclar.
Me acordé que me molesta tener que limitarme.
Me acordé que cuando escribo soy mucho más que cuando digo. Pero no por eso soy yo.
Me acordé que antes ellos me significaban lo mismo que vos. Ahora no.
Me acordé de que ya no quiero verte, a pesar de todo, porque vos ya no sos quien yo era hace mucho tiempo.


¿Entenderás que ya no escribo para vos?


miércoles, 23 de febrero de 2011











Inexplicable sensación cuando llueve


de que los días son mucho más largos.

martes, 15 de febrero de 2011

Savior -




Después de todo, ser malinterpretada te agrega un toque de misticismo
que más allá de todo me resulta divertido.

viernes, 28 de enero de 2011

Lirva

Porque hasta hace poco seguía inmortalizando lo que te escribía con eso que sabemos que fuí. Eso que (letra por letra) ya perdió lo infinito que nos unía.

Cualquiera podría malinterpretar mis palabras 

No sé qué hacer. Si culpar a los años o a la pobre actitud. 

Dirigírselas a un amor que nunca existió 

Y lo que hoy revive mi angustia, es la incertidumbre, la duda constante, la ansiedad de saber si nos separa la distancia, el olvido o el cariño.
(Estas palabras me recuerdan a otras, mías, en las que hablaba de vos en un presente constante) 

Pero vos y yo sabemos que es para vos. 
(Y lo digo así porque suena lindo, no porque sea así

Quiero creer que todo es pasajero, la tristeza esporádica y el dolor algo así como un rumor.

Para vos, que SIEMPRE me enseñaste a dar el primer paso ¿Qué carajo me importaba? Si toda la vida estuve segura de que caerme no significaba más que tenerte cerca para que me levantes. 

Lo único más desesperante que no saber quién sos, es el hecho de no poder encontrarte en ningún lado. 


domingo, 23 de enero de 2011






You were a child
crawlin' on your knees toward it 
Makin' mama so proud
but your voice was too loud 


We like to watch you laughing. 
You pick the insects off plants.
No time to think of consequences.

Control yourself.
Take only what you need from it.
A family of trees wantin', 
To be haunted. 

Control yourself.
Take only what you need from it. 
A family of trees wantin',
To be haunted. 

The water is warm, 
but it's sending me shivers. 
A baby is born,
crying out for attention. 
Memories fade,
like looking through a fogged mirror 
Decision to decisions are made and not bought 
But I thought, 
this wouldn't hurt a lot.
I guess not. 

Control yourself
Take only what you need from it 
A family of trees wantin
To be haunted

Control yourself
Take only what you need from it 
A family of trees wantin

To be haunted




domingo, 16 de enero de 2011


(Siempre tuvo: la frente muy alta, la lengua muy larga
y la falda muy corta) 

viernes, 14 de enero de 2011

Canción del Jardinero



Me di cuenta que no te había hecho los honores que te merecés. Gracias por mi infancia, María Elena.

lunes, 10 de enero de 2011

Casi


Todo lo invitaba a desconfiar. El aire en su piel lo resquebrajaba tallando un millón de dudas. El gusto a sal en su boca despertaba en él unos escalofríos desequilibrantes. Y ese olor a amapola, el eterno olor a amapola. ¿Cuánto más tendría que esperar? No quería abrir los ojos. Tenía miedo. Miedo de que al abrirlos lo que encontrara frente a ellos no fuera la pequeña habitación blanca de cortinas azules con vista al mar. Y que en lugar de los eternos mechones marrones que nacían de su cabeza y morían en la almohada blanca, se encontraran otros, desconocidos, impersonales, ajenos.
            16 eran los lunares que él había contado. 16 pequeñas manchas tenían el privilegio de adornar su cuerpo. ¿Y si cuando giraba encontraba 15 o 17? Entonces sabría que no era ella. No podía correr ese riesgo. El mar lloraba en su oído, y el ruido de la bisagra rota de la ventana era tan desesperante como él lo recordaba. No podía ser otro lugar, tenía que estar ahí. Bueno contaría hasta tres. El tres llegó y pasó, pero ningún par de ojos vio la luz. El pánico comenzó a presionar su pecho contra el blando colchón. La situación era insostenible, pero aún peor era imaginar el dolor que podría llegar a caer sobre él en el caso de no encontrar lo que quería, lo que necesitaba.
            Deseaba que ella se diera vuelta y acariciándole la cara le preguntase si quería desayunar, si quería que le trajese su plato de frutas y el café caliente. Así, podría reconocer su voz, así sabría que si esa voz se mimetizaba con el sonido del mar, entonces era ella y esa era la pequeña habitación blanca de cortinas azules que él necesitaba tanto.  
            Las horas pasaban, y su cuerpo estaba cada vez más entumecido, no quería mover ni un solo músculo. Temía despertar lo indeseable. Quería aguzar el oído y lograr escuchar a los bahianos que tamborileaban su paso por la plaza de la esquina, pero no lo logró. De todas maneras tampoco sabía qué hora era, tal vez era de madrugada, o tal vez era la tarde y en ambos casos los bahianos no iban a pasar.
            No lo soportó más. Había llegado el momento. Se aferró fuerte de las sábanas y se dispuso a abrir los ojos. Primero sus pestañas se separaron, y sus párpados dejaron entrar una ola de luz que achicó sus pupilas. El mar rebotaba contra la costa y frente a él se encontraba la ventana de cortinas azules. Estaba en la pequeña habitación blanca y el sol marcaba las sombras tal y como lo recordaba. Todo era exactamente como él había deseado que fuera. Su felicidad estaba a punto de desbordar su cuerpo cuando se dio vuelta para inhalar una vez más ese aroma a amapola que destilaba su cuerpo. Pero su mano palpó el vacío en un vago intento por encontrar algo en el lado izquierdo de la cama. Él giró para darse cuenta de que ella no estaba. 

sábado, 8 de enero de 2011

· Yo no quiero calor de invernadero;


· Yo no quiero besar tu cicatriz;

· Yo no quiero Madrid con aguacero;


· Ni Argentina sin tí.
 
 

viernes, 17 de diciembre de 2010

Año Biciesto - (grito ahogado de atención)

Que me regales un día de tu vida útil. Una escapada de lo cotidiano. Un silencio en la rutina. Sin consecuencias, repercusiones, ni presentes. Sin ellos, sin éstos, sin porqués. 
Haceme un té y dame la mano. Escuchame quejarme y entretenete con mi pelo. Quereme y enseñame. Mostarme cómo se hace y tapame si me da frío después. Arrugame la ropa. Contagiame lo positivo y explicame lo complicado. Sé lindo para que no me moleste y dejame decirte que te quiero. Dejame decirte que te quiero. No me dejes, bajo ningún concepto. 
Regalame un 29 de febrero en el medio de la nada. (Eso sí, pobres de las horas que me despierten el 1º)


[No me juzgues por quererte todavía. Es que hoy me cuesta mucho acordarme que ya no te quiero] 

martes, 14 de diciembre de 2010

A mí? A tú!

























No hay nada más lindo que hoy poderte decir: Feliz cumpleaños, Sobrina. Te quiero mucho.

domingo, 12 de diciembre de 2010

1m más Lejos

Y allá arriba donde todo
parece de juguete trato
de no aferrarme a lo
poco que me queda de vos
y me doy cuenta que hasta
en mí, dejaste de ser mío.


Y en ellas, que me lo
permiten, trato de dejar
tu último rastro.
Intento autoconvencerme
de que van a purgarme de vos.
Fíltrenme, desháganme y
preparen una nueva para el descenso.
Envuélvanla en papel
color comienzo


e invintenla a bajar.

viernes, 10 de diciembre de 2010


Por todos mis medios de comunicación te deseo un infinito feliz cumpleaños, porque más allá de cualquier problema mental que yo admito tener, sé que te lo merecés y lo vas a tener.


Gracias por todo lo que inconscientemente generás en mí. En ciertos momentos soy un ser más feliz gracias a que respirás, así que desde donde estés: sentite orgulloso. 




(Porque ser feliz con vos adelante, es gratis.)

sábado, 4 de diciembre de 2010



Hoy no hay metáforas, no hay súper frases, ni nada que sea melódicamente leible. 
Ayer fui a ver Primus y si no me cambió la vida, se merece la mitad de lo que será mi persona de aquí a la eternidad. Ayer por 240 minutos fui lo que no soy hace rato: muy-feliz. 

viernes, 3 de diciembre de 2010

martes, 30 de noviembre de 2010

 BLESS 
                                                                MY      

 SOUL! 



martes, 23 de noviembre de 2010

L'Aquila

Después de esa abertura inevitable no había nada. Nada de lo que él recordaba como algo, como suyo.
La cubierta (la agresiva, la determinante) lo separaba de ese más acá que para él era tan más allá.
Y resuelto tras ese mostrador, alimentaba a todos con ese sustento que era lo único que le hacía sentir que seguía estando acá, en casa. Antes de que ese enojo natural los hubiese sacudido, arrancando sus cimientos, y desgarrando sus vínculos.
Así, esperaba que esos momentos separados del tiempo que lo esperaban rodeando esas cuatro paredes, se combinaran con ese olor a ajo y tomate, y así, la próxima vez que hiciera girar ese picaporte, del otro lado iban a estar ellos y con ellos las paredes y el empedrado. La señora, el gato y la maceta. Las naranjas, el diario y el bar. El viento, el timbre y las horas.


domingo, 21 de noviembre de 2010

Que te extraño sería inapropiado, porque "mío" no fue un adjetivo que se haya parado en medio de nosotros dos.
El conformismo me molesta, tanto como los espacios vacíos y el dejo a tristeza.
No te conozco, pero sé quién sos y el hecho de que seas tan tangible solo me duele un poco más que saber que sos algo más que imposible y algo menos que real.



The earth is made of dirt and wood
And I'd be water if I could
I live in a dream

 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Factores de Personalidad


Ninguna época es perfecta, ni ningún perfecto es propiedad. No es perfecto el tiempo, ni lo somos nosotros. Y qué inocente yo, pensando que esto me iba a acercar un poco más hacia vos. Me siento y me escucho, pero no me encuentro en lo que digo, ni me encuentro en esos ojos que me pasean sobre mí, los mismos que alguna vez me ayudaron a entender que eso es lo que es porque lo tengo enfrente mío. Creo en lo que dice él y en lo que dice ella. Creo en su simil-perfección y asumo con gusto todo lo que me ofrece. Atiendo a su cátedra de cómo se hace para estar en lo perfecto, basándose en la no-perfección y sin nombrar la palabra ni una sóla vez.
Me piden que me separe, que te deje ir, que no sos más que un recuerdo, casi un ligamento que me ata a la niñez, sin dejarme progresar. Yo les creo, pero sos tan mía como mis brazos y mis ojos. Tan mía como la costumbre de abrazar la almohada cada vez que me voy a dormir. Sos tan mía como mis ganas mismas. Tan mía como mi deseo, y te necesito tanto como a mi consciencia. Y si te dejo ir nada me va a separar del inmenso mar de células que atadas entre sí forman un cuerpo de límites. Vos me ayudás a que este charco que me provee de vida no se agote, sin él yo no sería más que un montón de energía. Cada día te encuentro cuando me voy a dormir, y juego con vos hasta que me acaricia el sol. Ruego que mis pestañas se despeguen y sigas estando ahí, buscándome y confirmando que todo lo que me mostraste, es tan certero como el vino y el amor. Pero hasta ahora eso nunca pasó, y hoy me toca descubrir que no puedo vivir esperando el momento en el que nos encontremos en lo tangible, por más triste que sea voy a tener que admitir que no es cuestión de tiempo. Tal vez es hora de admitir que ninguna época es perfecta, ni ningún perfecto es prioridad.

Fenómenos Psicofisiológicos

Les agradezco la furia, el enojo y la emoción. Les agradezco el silencio y el grito. Les agradezco el abrazo de gol y el brazo partido. Les agradezco mi llanto, mi voz, mi impulso y mi alegría. Les agradezco este nudo en la garganta que todavía no se va. Les agradezco la expectativa, las ganas de gritar y los 432000 segundos que conté, escribí y almacené entre uno y uno. Les agradezco el orgullo y las lágrimas. Les agradezco que hoy en mi cuerpo no reine un ápice de humillación, sino todo lo contrario. Les agradezco el ritmo de mi respiración cuando son ustedes los que están enfrente y les agradezco ese sonido que es mi bienestar. Les agradezco que caerse no tenga que existir, y que el verlos levantarse sea sentir que no me ahogo más. Les agradezco el saber que no es un final, y les agradezco querer vivir para volver a empezar.

Restablecimiento de la Salud

"Te transformaste en un todo. Un todo lleno de nada que descose una parte de mi pasado y la deja abierta, deshilachándose en mi presente.
Un todo que lleva de polizón un poco de lo que soy y ni siquiera le importa.
Porque yo no soy la cantidad necesaria.
Buscame cuando te des cuenta de que tal vez lo soy y el resto son la cantidad que necesitan los demás."



Ese día, mientras se acercaba la noche, me di cuenta que otra vez lo comenzaba a extrañar.
Necesitaba escucharte cantar, pichón. ¿Dónde estabas cuando mis oídos se deshacían llamándote a vos? Ya no importa. O no debería. ¿De qué serviría llorar unas cuantas veces más? Si tu melodía va a seguir formándose entre mis comisuras y cada vez que me muerda la lengua. No, esta vez tiro la toalla. Y mirá que cuesta darse cuenta. El brazo propio no siempre encaja donde el otro ya dejó su marca. Pero como ya te dije antes, es como la plastilina. Acercame esa silla. Vení, sentate y cantame otro ratito.
Pasan los días y me doy cuenta de que tu recuerdo se va apaciguando. Sos algo más sereno hoy. Pero casi sin querer, me di cuenta de que conforme te apaciguás, te asentás. Cada vez sos algo más propio de mi anatomía, y hoy ya no sé cómo deshacerme de esa 25ava costilla. Protegés y encerrás mi corazón. Te pedí que te fueras, pero ya estabas soldado a mi cuerpo, pichón, y hoy dejarte ir es perder el equilibrio. ¿Y si me cantás un ratito más? No me importa que no contestes, me acostumbré a hablar sola desde el momento en el que supe que te ibas a ir.
Y de cuando en vez, en esos momentos en que rozo sin querer alguna jaula vecina, y me dicen que tu andar adorna otros cielos, y que ese cantar hoy lo tararean otras bocas, mis palmas soportan la incisiva presión de mis dedos y mi cuerpo la de mi rencor. En esos momentos es cuando pienso, hoy sí, pichón, hoy te dejo ir. Pero cuando estoy limpiando tu jaula, y recobrando soberanía sobre el que era tu alpiste, algún pájaro inocente e ignorante de mi pesar se apoya en mi zaguán y te juro, pichón, que siempre huele igual que vos. Ahí es cuando mis costillas se cierran haciendo presión, interpretando que mi siguiente acción será escapar de mí (a veces quisiera que no se diesen cuenta, que ignorasen mis intenciones, que me dejasen probar si realmente es posible dejarme atrás) y yo me vuelvo a acordar. O mejor dicho, vuelvo a sentir. A sentirte. Vuelvo a sentirte en mí. Entonces abrazo la jaula, y con el cuidado que recibiría una lámina de cristal, la vuelvo a colgar en su lugar, y dejando la puerta entreabierta espero todas las noches. Espero que me despierte tu armonía rodando por mi cuerpo, cubriendo mis costillas y volviéndome a abrazar. Cada mañana un poco sin querer, un poco queriendo, me arrastra. Cuántas veces habré preguntado a dónde, para que ese agudo silencio me dejara muda otra vez.
Pero me estoy empezando a cansar, pichón. Y esta vez parece que tus notas te llevaron muy lejos. Creo que llegó la hora de sacarle el polvo a mis cuerdas vocales. ¿No te querés quedar a escuchar mi canción? Esta vez quiero cantar yo.

Diccionario de Sinónimos-

Mientras intento enfrentarme con lo que creo que sé de vos, juego a creerte. Juego a que vos creas que yo creo lo que vos me hacés creer. Y así ellos, que los tengo enfrente, te creen, porque yo les hago creer lo que vos querés que yo crea. A pesar de todo vos seguís parodiando situaciones, haciendome creer que las cosas son tan claras como yo creía que eran, y así de a poco vamos perdiendo los roles. Yo te creo a vos y vos seguís creyendo en mí. Cuando la obra empieza me contás algo que vos crees secreto. Una mitad se niega y la otra te cree. Una mitad escucha creyendo y la otra escucha creyendo lo que cree escuchar. Y así cuando estamos en el medio, creemos encontrarnos con un dilema que tal vez no es tal. – Pero yo creía que era así. – Sí, yo creía que era como creí en un principio que iba a ser. Al final no era. Yo creía que sí. Vos crees que yo sigo con atención tus malabarismos, pero no te das cuenta que yo hace rato perdí la cuenta, siempre creyendo que iba un paso detrás tuyo. Crees que lo mejor es bajar las pelotas y sentarte a convencerme, yo creo que vos sabés y crees en lo que crees, así que me siento y te escucho. Mientras estás llegando al final de tu parlamento, mientras crees que yo ya no tengo oportunidad de duda, te parás y me invitás a tu escenario, creyendo casi convencida que no puedo decir que no. Crees que no tengo fundamento, y yo creo que voy a subir porque quiero hacerte creer que te creo. Me das un triciclo y vos te subís a otro, creyendo que yo jamás podría creer que los triciclos no son perfectos. Me subo y te creo seguir. Inventás un ritmo y crees que yo no me acuerdo de los que están enfrente, yo pedaleo y creo ignorar a los demás mientras te hago creer que yo no creo que ellos estén ahí. Tantas sonrisas regalás, y yo me creo mejor y te empiezo a ignorar, mientras creo que no me mirás. No me estás mirando, porque crees que yo no te quiero mirar, mirás a los demás y crees que ya me creyeron, que te podés ir, total todos te creen, te creemos, te creyeron y creerán, entonces nuestras ruedas se cruzan, impactan y nos hacen caer separadas, solas, creyendo ambas que lo peor que alguna vez creímos que podría pasar, pasó. Me levanté, yo creía que vos te habías ido y vos creías que yo nunca más te iba a volver a creer, pero me pare y te busqué, creía que nunca más te iba a encontrar. – Creí que te había pasado algo. – Yo también creí eso. Nos sonreímos y volvimos a empezar, qué trabajo arduo que es entenderte.

Y de Nadie más.

   
Todos imaginamos, vivimos imaginando,
la imaginación es un ritmo constante que alimenta
y atormenta al subconsciente.

y sin poder darle un fin, convertimos en reales
trazos de la conciencia.
Pero no es cuestión, tampoco, de dejarse llevar
porque confundirse, toma solamente
una medida de tiempo entre un segundo y un quiebre.


(te reto a que la frenes)

El Egoísmo es Halagador.

Te vi y contuve la respiración. Mientras despreocupado recorrías mi espina dorsal, yo trataba de esquivar el espacio que te contenía. Sabía que igual iba a ser inútil, porque figurabas en el radar de mi anatomía. Mientras erizados mis brazos, se enredaban en los circuitos de alguien más, vos tensionabas mis vértebras y me hacías mirarte aunque no pudiera. El pasto era cada vez más verde, pero aunque bailase, se quemase o lloviese a mi alrededor, no había manera de que opacara tu presencia en mis flancos. Me moví, salí, y accedí. Me saqué sonrisas y las cosí a la velocidad de la luz en mis conversaciones. Te salteé cuando buscaba la derecha y también cuando buscaba la izquierda. Te salteé cuando no encontraba mi frente, ni mi espalda, y te salteé cuando las palabras te señalaban. Te salteé también, cuando mi mente trataba de entender qué buscaba, qué no podía encontrar y hacia dónde miraban las palabras. Continué y corrí y me despreocupé de vos, siempre atenta a mi ignorancia. Dejándote a un costado satisfice todas mis necesidades vitales, mientras obviaba a la más importante. Alguien gritaba mientras lo leía un grabador que la dejes de engañar, que le digas la verdad. Y así mientras te ignoraba, me preguntaba si me estarías escuchando. Pero el desmoronamiento de esa estantería interminable de lógica y esfuerzo que yo con tanta dedicación había armado, empezó y terminó cuando en un giro me di cuenta. Me di cuenta que para vos la obviedad y la ignorancia eran tan naturales como seguir vivo. En ese momento caí en la cuenta de que mi mente puede ser una planta carnívora, un círculo vicioso e inacabable, un remolino que arrastra, un monstruo que se retroalimenta de sí mismo y uno: el condenado cable a tierra. Y se parece tanto a un gato que dormido sobre nuestro regazo ronronea por períodos eternos, dándonos calor y recordándonos qué lindo es ese microsegundo en el que fuimos necesitados con amor. Hoy ya no puedo escuchar tus canciones, ni ver tus paredes. Me molesta tocar tus telas o ver tus colores. Odio la textura de tu piel y me molesta abrazar tus costillas cada vez que me voy a dormir. Me duele recordar tus pasos cuando veo tu piso, o que todavía resuene el eco de tu voz en éstas, tus habitaciones. Y me gustaría que este cuello que alguna vez fue mío, olvide tu aliento.
- Entonces te querés olvidar - me replicó.
- No, simplemente no quiero que exista.
- Es un concepto muy parecido - me dijo, mientras se acomodaba junto a mi clavícula. Pero al enfrentarse con mi silencio me indagó:
- ¿Por qué no querés que exista?
El silencio volvió a formarse, pero yo sabía muy bien lo que quería decir.
- Porque no quiero que exista sin mí.




- I wonder how tomorrow
 
could ever follow today -

 

jueves, 4 de noviembre de 2010

vivirte sin querer, Otoño, dos veces.

No, no lluevas, París, que llorarte no me cuesta nada.
No me robes lo poco que tengo de vos, yo ya dejé todo lo que era mío y te pertenecía.
Pero de eso se trata, no?
El constante intercambio te permitió entender, que tu trabajo es dejarte extirpar ese olor a música y adoquín.
Y así pasás a ser parte de ellos, tan propia como su mismo aliento.
Eso vos deberías saberlo bien.
Dejar y así crear la oportunidad de poder venirlo a buscar.


si yo digo que la foto no es cliché es porque la foto NO es cliché

lunes, 18 de octubre de 2010

jueves, 14 de octubre de 2010

querer continuar.

Marena- 

A mí no me gusta para nada rimar. Pero tampoco reniego de los básicos, y no puedo decir que me cueste intentar.

Todo esto surgió, porque a mi mente indiscreta gopeó, un juego de palabras, casi lo llamaría un dominó. Y así, pieza por pieza, todo cerró.

Al principio no entendía, qué era exactamente a lo que se refería. Pero hoy cedí y para mí, María solo rima con Tía. 

Casi rompo mi ilusión cuando para Malena no encontraba combinación. Pensé que tal vez era porque para vos, no existe comparación.

Pero haciendo silencio, mientras miraba tu nombre bailar, me di cuenta que Malena es tan linda que no se podría contar. Y si no se entiende, te lo paso a explicar.

Malena rima con arena. Y de la misma estamos hechas las dos. Así sé que vos llevás un poco de mí, y yo un poco de vos.

Porque existir con vos es saber que nada nos podría separar. No hay agua ni aceite, ni nada que se lo lleve el mar. (Yo sé que siempre vamos a encontrar la manera de volvernos a juntar).

Saber que sos parte de mí, me ayuda a creer que no hay nada en este mundo que sea capaz de enmudecer lo bien que le hacés a todo aquel que te sepa querer.

Y todo esto para decirte, que tanto es lo que te quiero ver crecer, que te estoy escribiendo esto cuando todavía no sabés leer.

(te quiero desde lo más profundo y hasta el fin del mundo-)

tía.-

viernes, 3 de septiembre de 2010

Estar al inicio de un período de tiempo-

- El otoño me gusta, pero no sé a dónde se fue. - Me repetí mientras escarbaba inútilmente, a sabiendas de mi suerte.
Los demás no me dejaban pensar. Te encontré a vos, mala fortuna la tuya, ya que como todo objeto de mis distensiones, te ves en la obligación de cargar con mi consciencia. La palabra Catarsis me molesta, casi tanto como la obligación.
Para mí sos, y no te buscaría lo que. Espero de vos, porque de esa manera no tengo que esperar de mí. Espero que me traigas, y que vuelvas. Espero que lleguen y que vengan. Espero que los arranques de donde están y los sirvas ante mí como el silencio de las tres a.m. Y te pido sin más que no sea sólo un poco de ellos, sino que también haya un poco de vos. Un poco de todos.











Deseaba desesperadamente vivir de una vez algo de la vida, dar algo de mi persona al mundo, entrar en relación y lucha con él –